Las superficies brillantes tienen un acabado brillante y altamente reflectante. Debido a su recubrimiento y la forma en que retienen la tinta, pueden lograr una amplia gama de colores y vitalidad, y una Dmax (densidad de negros) muy alta. El papel brillante puede ofrecer un excelente contraste y claridad, a menudo adaptándose a imágenes vibrantes y modernas, como retratos de estudio o piezas gráficas coloridas. Sin embargo, pueden ser menos adecuados para mostrar impresiones en exposiciones o colgadas en pared debido a la superficie reflectante, especialmente si se muestran detrás de un vidrio.
Los papeles mate no tienen brillo en absoluto, y son más populares para impresiones artísticas, paisajes y naturaleza debido a su aspecto natural y realista. Los papeles mate tienen una gama de texturas que se asientan en un espectro desde suave aterciopelado hasta papeles con mucha textura, estos últimos darán un volumen extra a tu imágenes.
Un papel mate puede agregar una profundidad maravillosa a una imagen, especialmente con temas altamente detallados: piense en el óxido pelado en el costado de un bote o una pintura al óleo con pinceladas y su volumen en el linezo. Estos no se destacarían en un papel brillante de la misma manera que lo harían en un papel mate. Con la imagen correcta, la apariencia de un papel mate puede mejorar por completo la experiencia emocional y táctil de una impresión.